Da a conocer la realidad económica cotidiana del Reino de Guatemala, 1731-1821, basándose en tres aspectos que son; el impuestos en lo formal, administrativo, control y contribuyentes; la contabilidad nacional, presente en gran cantidad de documentos "estados de cuentas" que ilustra por lo menos el movimiento financiero del país; y a las relaciones juradas de los oficiales reales y de la contaduría, reparos a las cuentas de las normas jurídicas que legalizaron las exacciones y transferencias de dinero de los particulares del gobierno.  Señala que la iglesia, los indios, mestizos y españoles fueron testigos de aquella cruel e inhumana forma de expoliación de sus propios recursos, utilizados para sostener guerras y la vida dispendiosa de los grupos dominantes de la península y de otros privilegios.